Hay múltiples beneficios para el funcionamiento de tu organismo que tiene el entrenar la fuerza. Hoy me gustaría resaltar en qué te puede ayudar mentalmente, pues es probablemente uno de los mayores efectos que he notado: el tener un mejor concepto sobre mí mismo, mayor resiliencia y más capacidad para afrontar obstáculos. Si observamos el entrenamiento desde una perspectiva evolutiva, es fácil darse cuenta que el entrenamiento es antinatural. ¿Conoces a algún otro animal que necesite entrenar para preservar o recuperar su salud? En realidad podríamos identificarlo con el juego, al menos desde fuera es lo que parece. Incluso de adultos, nuestras mascotas siguen interesadas en ponerse a prueba, saltar, atrapar y cazar objetos, morder, arañar, conservar sus viejos instintos de supervivencia y poner a prueba sus movimientos naturales es una necesidad innata para ellos. No permitir que desarrollen esta faceta hace que se vuelvan más ariscos y muestren comportamientos poco "civilizados". Piensa que es una forma de protesta porque estás entorpeciendo que puedan liberar la tensión y el estrés. El cerebro humano supone únicamente hasta un 2% de la masa corporal de una persona. Sin embargo consume hasta un 20% de energía (principalmente cuerpos cetónicos y una mínima cantidad de glucosa). ¿Y el otro 80% de energía en qué lo estás usando? Eso es algo que también noto en mí. Estoy de peor humor, siento mal humor con mayor frecuencia, y estrés cuando estoy sin entrenar algún día. Tengo la sensación de que me sobra energía que necesito soltar de alguna forma. Actualmente, la mayoría no requerimos de salir a recolectar o cazar, o hacer labores que implican un gran esfuerzo para poder sobrevivir. Para bien y para mal, la tecnología y nuestro nuevo entorno, nos permite permanecer todo el día sentados y disponer de alimento a todas horas. Esta imagen representa a una de cada cuatro personas en Merida, y en México. ¿Cómo podemos evitar que esta epidemia siga avanzando?
Tu cerebro evolucionó con el movimiento. Cuando el primer primate decidió bajar de los árboles y explorar la sabana, se vio obligado a adaptarse a un nuevo entorno lleno de peligros diferentes. Empezar a caminar sobre dos apoyos le otorgó ventaja porque le permitía visualizar más terreno y anticiparse a los posibles peligros que suponían otros depredadores. A su vez, empezó a interesarse por el uso de herramientas para cazar, cocinar, defenderse, etc. Su cerebro fue desarrollándose a medida que necesitaba implementar nuevas destrezas. Incluso habilidades como el lenguaje (gestual, oral o escrito) no dejan de necesitar también de movimientos más precisos. El ser humano es un animal curioso, le gusta explorar, descubrir cosas nuevas. Salvo enfermedad (física o mental) lo normal sería buscar nuevas experiencias y probarlas mediante ensayo, error y aprendizaje. Si te pasas el día dentro del mismo entorno y sin moverte, de alguna forma tu cerebro podría interpretar que hay algún peligro fuera o dentro de ti y querrá protegerte. Si has convivido con alguien que ha sufrido depresión, verás que precisamente una de sus conductas es la evitación. Buscará constantemente el refugio oscuro de su habitación y dormirá, como tratando de guardar energías para cuando el peligro real o imaginado desaparezca. La función de tu cerebro es que sobrevivas sin importar los medios para lograrlo. De ahí que siempre insista en que evites ver y escuchar a los medios (miedos) de desinformación. La información que recibes puede provocar un efecto nocebo (lo opuesto al placebo) y que ante cualquier síntoma evalúes de forma mucho más grave la situación de lo que realmente es. Nuestra tendencia es ponernos en lo peor. Ese sesgo negativo en la sabana es lo que nos ayudó a sobrevivir. Como comenté antes, entrenar dista mucho de ser natural, pero pasarse horas en las redes sociales o viendo series en Netflix... tampoco lo es. Pero elegir entrenar hará que tu cerebro perciba el organismo como más fuerte y resistente, como más capacidad para resistir la enfermedad o superar una lesión. Incluso a percibir menor fatiga (es una forma de dolor) ante la misma meta que antes veías inalcanzable. Si quieres ser más resiliente, haz ejercicio físico. La acción sin intención es pura ilusión. LEF KikeOzTrainer Entrenador Personal Los comentarios están cerrados.
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AutorLEF. Enrique Domínguez Polanco. Entrenador en atletas amateur. Archivos
Octubre 2024
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